Estrella fugaz

 Zoe observaba cada noche el cielo, siempre habían apagado sus ganas de brillar, sembrando dudas en su camino. Sentía la presión pero sabía que no quería ser una estrella más.

Una noche sus ojos se posaron en una pequeña estrella que tenía un brillo diferente a las demás. La estrella al descubrir su atenta mirada bajó del firmamento para acurrucarse en las manos que Zoe extendía frente a ella.

Ambas se observaban en silencio, maravilladas  la una con la otra. 

–Tienes un brillo especial en los ojos, quiero conocerte mejor. Háblame de tu maravillosa vida –le pidió la estrellita.

Zoe se sintió avergonzada, pues no tenía nada interesante que contarle salvo sueños en su cabeza.

–Soy sencilla, con muchos deseos–respondió– No soy especial como tú.

–Yo tampoco lo soy. Simplemente soy una pequeña estrella en la inmensidad.

–No, eres totalmente diferente a las demás. Tu luz es distinta.

La estrella brilló con más fuerza entre sus dedos y con emoción respondió:

–¿De verdad lo crees? Te confesaré algo, siempre he querido bailar pero nunca me he atrevido a hacerlo. Ninguna estrella baila y me da miedo ser diferente.

–No deberías tener miedo, quizás sirvas de inspiración a los demás – aseguró Zoe.

–Y a ti, ¿te ayudaría?

La niña dudó durante un instante para finalmente responder con firmeza.

–Por supuesto, si una estrella consigue bailar sabría que los deseos se cumplen y no dudaría en cumplir mis sueños.

Entonces sin decir nada más, la pequeña estrella sonrió y con un inmenso brillo que dejaba una linda estela tras de sí comenzó a bailar y a surcar el firmamento con agilidad.

Zoe se emocionó mucho de haber sido testigo de ese baile, aunque hubiera sido de forma fugaz, y decidió que podría luchar por sus sueños porque la pequeña estrella le había demostrado que por imposible que parezca es posible alcanzar los nuestros. 

Y así, la pequeña estrellita sirvió de inspiración a otras muchas que se lanzaban a cruzar el cielo con sus bailes y motivaron a quienes solo necesitaban contemplar un momento de emoción para perseguir sus propios anhelos.