La seguridad de una sonrisa

Con la mirada perdida en la copa de coñac que sostiene entre sus dedos, trajeado y con semblante serio divaga en sus pensamientos lamentándose de una malograda operación financiera.

Comparte mesa con un chico que, aunque viste americana y corbata, parece un niño aprendiendo a ser mayor. Como un alumno que admira a su maestro, escucha con atención cada una de sus palabras y la ilusión que debería brillar en sus ojos es reemplazada por temor y desengaño.

Observo a aquel hombre que continúa con su discurso ajeno al malestar que despierta en su compañero, rompiendo sus sueños y esperanzas en pedazos, cuestionando ‘quién puede ser feliz en estos tiempos difíciles en los que no se tiene nada seguro’.

Incapaz de mantenerme al margen interrumpo su conversación:

“Quizás no puedo definir la felicidad, ni saber que me depara el futuro pero lo que sí puedo afirmar con certeza es que soy feliz. Soy feliz porque he sonreído cada día, reconozco que he vivido momentos tristes, discusiones con gente querida y decepciones. Pero incluso en esas ocasiones ha existido algún motivo por el que se ha dibujado una sonrisa en mi cara. Nos empeñamos en recordar los momentos que nos han hecho daño pero olvidamos todos los pequeños detalles que nos alegran cada día. Es duro aceptar una derrota pero la esperanza está en comprender que cada final es el principio de algo nuevo ”

Me observan sin saber qué decir, sus miradas son una mezcla de confusión y diversión por mi atrevimiento. Mientras me alejo me giro una última vez y con un guiño les digo:


-Ahí tenéis la sonrisa de hoy


Mar Albín

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy bién Mar,esperamos con impaciencia el libro.

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