Pasión

Empapada, con mechones del cabello mojado pegados a las mejillas que aparta con un gesto nervioso, espera inquieta que se abra la puerta que los separa.

En su mente las imágenes de lo ocurrido se suceden como si de una película se tratara. Repasa los acontecimientos que han precipitado esta situación que llevaba tanto tiempo demorando.

En su interior siempre supo que era amor, sin embargo se negaba a aceptar ese sentimiento. Hasta hoy, hasta el beso que ha trastocado todo su mundo.

Un beso robado, un beso inesperado pero el beso soñado.

La puerta al fin se abre. Sus ojos buscan los suyos y lee en ellos esa mezcla de temor y pasión.

Con decisión, sin dudas, cruza el umbral sosteniendo su rostro entre las manos.

Acerca los labios a su boca, respira su aliento.

Él, que había sido rechazado, descubre ahora en su mirada seguridad. La rodea por la cintura con sus brazos, acercándola a su cuerpo con suavidad pero con firmeza, no quiere dejarla marchar. Siente la calidez de su piel a través de la humedad de su blusa.

La besa y esta vez ella se entrega a él. Sus dedos recorren con caricias su espalda para terminar enredándose en su pelo.

Mirándose a los ojos, mordiéndose la boca se funden en un abrazo. Caminan hacia el interior, cerrando la puerta con el pie a sus espaldas. Se dejan llevar por un torrente de pasión contenida que fluye sin poder detenerlo.

El amor oculto se ha desvelado y ya sólo pueden vivirlo, escribir su futuro.


Mar Albín