Mi EX

 Y en ese mismo momento descubrió que aún escondía dolor, que bajo esa sonrisa que presumía libertad y alegría, la realidad  no era lo que sus labios contaban.

Dos únicas palabras, pero que decían tanto como un «te quiero». Lo supo cuando de manera casual dijo «mi EX», como si lo dijera en mayúsculas, como un grito ahogado a esa persona que un día pensó que sería la única, para toda la vida y que tras su marcha solo quedaba nombrarla de ese modo porque pronunciar su nombre duele demasiado y porque así aún sigue formando parte de su vida, de su ser. Ese «mi» dice tanto... descubre el miedo de sacar a esa persona de su alma y de que se convierta en alguien de su pasado. 

Con esas dos palabras, derrumbó su fachada, descubrió su corazón y el amor que aún mantiene por quien hoy intenta esconder  en el anonimato de cuatro letras.

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